La maleta de Yarelssy Madrid estaba lista desde las 11:50 de la noche del jueves 31 de diciembre para que a las 12:00 en punto de la medianoche saliera de su casa a darle la vuelta a la manzana como tradición de año nuevo.

Este ritual lo realiza desde que tiene memoria cada primero de enero y según ella, la ha ayudado para conocer varios lugares del país y también consolidar otros proyectos.

En esta ocasión, en su maleta guardó dinero, ropa, y también 12 deseos que espera cumplir a lo largo del 2016.

Pero eso no fue lo único. La corozaleña le puso un toque divertido a su tradición saliendo a la calle vestida de monocuco, el tradicional personaje del Carnaval de Barranquilla.

“Tú sabes que el Carnaval se viene dentro de un mes y hay que ponerse en modo los primeros segundos del año”, explicó ‘Yare’, como la llaman de cariño.

De esta forma, a las 12 en punto de la noche salió de su casa y junto con su amiga Amalia López recorrieron las calles de su barrio.

Mientras corrían apresuradas, persiguiendo el 2016, uno vecinos quemaban el muñeco de año viejo, que este año fue nada más y nada menos que el presentador estadounidense Steve Harvey, famoso en todo el mundo por nombrar a la representante colombiana Ariadna Gutiérrez como la mujer más hermosa del universo y después retractarse asegurando que la ganadora realmente fue la filipina Pia Alonzo.

En la casa de la familia Martínez Forbes el muñeco de año viejo del popular presentador fue puesto desde el 21 de diciembre en la terraza de la casa y se hizo el más popular del barrio, pues todos los vecinos llegan a la casa para tomarse fotos con él.

“Es el nuevo integrante de la familia pero se tiene que ir el el primero a la medianoche lástimosamente”, contó Karen Martínez.

La joven contó que escogieron al personaje para recibir el 2016 no solo por el garrafal error que cometió en Miss Universo, sino porque simboliza todo lo que se hizo mal en el año que culminó y la oportunidad que representa el 2016 para cambiar la vida.

Así, el Steve Harvey de trapo fue quemado en el pequeño parque del barrio a la vista de todos los vecinos, quienes se abrazaban y celebraban, algunos con champaña y otros con cerveza, la llegada del año nuevo.

De esta forma, con irreverencia, burla y Carnaval, los barranquilleros se dijeron los unos a los otros: ¡Feliz año 2016!